top of page


Los escenarios no son un ente aparte o separado de la Bomba Puertorriqueña, los escenarios, por el contrario, son la expresión máxima o el punto culminante de la Bomba que es de todos y para todos. El escenario es la culminación de lo que empieza y se crea en las comunidades, en los barrios, en el Batey, la idea de que existen dos Bombas, la de la calle y la de la tarima, es una idea equivocada y aberrada, la Bomba Puertorriqueña es solo una, la tarima y la comunidad son expresiones del mismo pueblo manifestadas de diferentes maneras, ambas, en diferentes frentes, son responsables de mantener este género nuestro, el más antiguo de nuestra isla, y único en el mundo, vivo y relevante para hoy y para mañana. La Bomba nace y surge en el Batey, en la comunidad, la Bomba en el Barrio nos fortalece y nos da sentido de pertenencia, mientras que la Bomba en el escenario nos permite soñar, nos permite ver lo grandes que somos como pueblo, nos abre los ojos, a un mundo de lo posible como puertorriqueños orgullosos, puertorriqueños que pertenecemos a una comunidad que lucha y que triunfa, que persevera y logra. El puertorriqueño digno, determinado, que vive y respira su puertorriqueñidad.

Los niños y jóvenes no solo se transforman en los deportes; en las artes también se crean sueños, se abren las puertas a nuevos mundos, a nuevas esperanzas y eso lo logra la tarima. Que un niño o niña vea con ilusión y disfrute con emoción, SU música, SUS instrumentos que se identifique con SU tradición, vista desde un escenario de forma esplendorosa y con todo el respeto que merece lo suyo, lo transformará y lo llenará de orgullo por quién es. De eso se trata, de levantarnos el alma, de lograr ese sentido de pertenencia que no te deja solo y que da fuerzas, eso completa el círculo y brinda un significado diferente a lo que hacemos.


El espacio que ha logrado la Bomba puertorriqueña, ha sido ganado por derecho propio, pero es un esfuerzo que continúa, luchando por el sitial que merece en las mejores tarimas del mundo y sobre todo las mejores tarimas de nuestra propia isla, que los auspiciadores apoyen lo nuestro genuinamente, que los productores quieran y apuesten a hacer lo nuestro, que las agencias publicitarias piensen primero en nuestra música al hacer un anuncio y muchas otras más.

Así que hablar de que la Bomba es “secuestrada” por un escenario o hablar de algo como la Bomba de Tarima es un soberano disparate que solo sirve para dividir y le hace el juego a los que trabajan por minimizar y hasta destruir nuestras tradiciones.

Ciertamente, no todos deben ni pueden montarse en un escenario, al hacerlo hay que tener claro lo que implica, tener el respeto por la Bomba para presentarla con la majestuosidad que requiere, hay que conocer su fundamento, reconocer su valor histórico, saber que merecemos el espacio y entender el porqué es necesaria esa tarima, ese escenario. Solo se debe llevar si vamos a lograr impactar positivamente, si vamos a romper barreras con excelencia y profesionalismo, con lo mejor de lo que representa lo nuestro se trata de construir, no de destruir.

Asumir que la Bomba puertorriqueña esta “secuestrada” por un escenario o que de alguna forma la Bomba de “Tarima” es diferente o se distancia de la Bomba de pueblo, de la Bomba de TODOS, realmente es ignorar la historia, pero peor aún, es fomentar el prejuicio que tanto se ha luchado por erradicar, es alimentar el discrimen a lo nuestro, esa idea de que lo nuestro es menos que lo de otros, que no merecemos estar en todos los espacios, es permitir que nos roben el derecho a sentirnos orgullosos de lo nuestro, de lo que somos. Por el mundo entero y en las mejores tarimas y espacios vemos mariachis, rumba, cumbia, salsa y tantos otros géneros que también surgen de expresiones del pueblo y que hoy, se siguen haciendo en las comunidades, a la par con representaciones en las mejores tarimas del mundo, la pregunta es por qué NO lo nuestro, ¿por qué la Bomba Puertorriqueña no merece ese espacio, que todos la vean como una expresión de tradición y excelencia?

Por eso hacer Bomba Puertorriqueña en un escenario con respeto al género y a la tarima es importante, porque desde la tarima también se destruyen las murallas de la marginación y la discriminación. Después de todo no olvidemos que hace apenas 100 años nuestra música, nuestros instrumentos y hasta nuestra bandera estaban prohibidos, así que el hecho de que hoy nos paremos en las mejores tarimas del país y recibamos el aplauso contundente del público es la bofetada más grande a los que nos intentaron tumbar, y una sólida afirmación de nuestra victoria como pueblo, el triunfo del puertorriqueño.




Con esto claro, en nuestras mentes, Tamboricua regresa al Coca Cola Music Hall, una de las tarimas más importantes de nuestra isla, celebrando nuestros 25 años y siendo el único grupo de folklore puertorriqueño que lleva su propio espectáculo a estos escenarios. Celebramos en una de las tarimas más significativas del país, lo que hace 25 años empezó en la comunidad, en el Batey, que el 14 de diciembre tendrá su máxima expresión en este espacio. Lo haremos nuevamente ante casa llena e invitamos a que todos nos acompañen demostrando el apoyo y respaldo que le da el pueblo a lo que hacemos a lo nuestro, a la Bomba de TODOS y para TODOS.



bottom of page